Un reencuentro con la historia de su barrio, vivieron los vecinos de Cerro la Cruz, Agua las Niñas y Camarón Alto de Lebu, en la 2° versión de la “Caminata Histórica a las Vertientes” del sector. Una actividad que traspasó generaciones, con la asistencia de niños, jóvenes y adultos mayores, que conocieron la importancia de sus aguas subterráneas, que por décadas han sido testigo mudo del asentamiento y desarrollo del sector alto de la comuna.
La instancia, que fue organizada por el Programa “Quiero Mi Barrio” del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto con los dirigentes del Consejo Vecinal de Desarrollo del lugar, tuvo por objetivo poner en valor este hito natural y transmitir su relevancia a las nuevas generaciones, a través de actividades que promuevan el esparcimiento vecinal e insten a los vecinos a unirse para proteger este recurso hídrico, que hoy es amenazado por la plantación forestal.
“Como ministerio estamos orgullosos de poder apoyar este tipo de iniciativas, que tienen lugar gracias a los recursos inyectados por nuestros Planes de Gestión Social, pero también gracias a cada uno de los vecinos que se comprometieron con esta actividad de conservación. Mantener la salud de nuestras fuentes de agua es cada vez más vital para el futuro de nuestra seguridad hídrica y, por lo mismo, estamos felices de incentivar este tipo de prácticas en nuestros barrios”, indicó James Argo, Seremi de Vivienda y Urbanismo.
Por otra parte, José Fuentes, vecino del Camarón expresó que “esta actividad es muy importante porque a nivel mundial el agua se está terminando y nosotros no estamos ajenos a eso. Como vecinos debemos unirnos para defender estas aguas porque la plantación de pino y eucaliptus va a llevar a que esta agua se termine. Por eso, es importante que los niños y las nuevas generaciones conozcan su importancia y que los vecinos tomen conciencia para conservar las vertientes que hay en el barrio”.
En el trayecto, Pedro Flores, presidente del Consejo Vecinal de Desarrollo y vecino guía de la caminata relató que “antiguamente la vida era muy difícil en el barrio. El sector alto no contaba con luz, alcantarillado, ni agua potable, por lo mismo, los vecinos iban a las vertientes en busca de agua para lavar ropa, cocinar y para consumo, lo que posibilitó el asentamiento en el sector”.
Las largas caminatas y el esfuerzo que implicaba el traslado de agua, motivó a los vecinos antiguos a construir un sistema de captación, distribución y almacenamiento del recurso hídrico que abasteciera a las familias del cerro.
Así, en 1960, tras el terremoto comienza la construcción de un estanque que concentrara el agua de la vertiente con mayor caudal del barrio, ubicada en las cercanías del sector Agua las Niñas. La visión de los dirigentes de la época, entre ellos, Enrique Medina, Segundo Gutiérrez, Aurelio Torres, Raúl Huilipan y muchos vecinos más, permitió levantar esta iniciativa en beneficio de los habitantes del cerro.
La construcción del estanque y su sistema de almacenamiento y distribución, fabricado principalmente de cemento, arena, piedra, mangueras y tubos, cuya extensión se aproxima a los tres kilómetros, tardó cerca de dos años en concretarse. Con mucho esfuerzo, los vecinos trasladaban el material en carreta hasta la parte baja del cerro y luego, a pulso lo cargaban en sacos hasta la vertiente.
A 60 años de su construcción, esta significativa obra trasciende hasta nuestros días, gracias a la visión y perseverancia que tuvieron los vecinos antiguos en pos de mejorar la calidad de vida de la comunidad del sector alto de la ciudad.